A la cabecera de la cama. San Pablo, (Hebreos xi. 21), siguiendo la traducción griega de la Septuaginta, lee adorado en la punta de su vara. Donde tenga en cuenta, que la misma palabra en hebreo, de acuerdo con la diferente orientación de la misma, significa tanto una cama como una vara. Y para verificar ambas frases, debemos entender que Jacob, apoyado en la vara de José, adoró, volviéndose hacia la cabecera de su cama: adoración que, en cuanto se refería a Dios, era una adoración absoluta y soberana: pero en la medida en que se refería a la vara de José, como figura del cetro, es decir, de la dignidad real de Cristo, era sólo un honor inferior y relativo.

(Challoner) --- San Agustín propone otra explicación muy probable. Adoraba a Dios apoyándose en la punta de su bastón o del cetro de José, q. 162. La Septuaginta y el siríaco íntimo, que Jacob se inclinó respetuosamente hacia el cetro de su hijo, y así cumplió con la explicación que le había dado a su sueño, cap. xxxvii. 10. Otros, que entienden el hebreo Hamitta, en el sentido que le da S.

Jerónimo, Aquila y Símaco, suponen que después de haber dado sus últimas instrucciones a José en una postura sentada, cada vez más débil, volvió a recostar la cabeza sobre la almohada. (Calmet) --- Dios se complació en tener esto registrado en un idioma sujeto a interpretaciones tan variadas; como él, quizás, quisiera que entendiéramos, que Jacob literalmente se inclinó tanto ante la cabecera de la cama como sobre la punta del cetro.

Muchos creen que la Escritura a menudo tiene varios significados literales. (Tirinus) --- Si los puntos Masoréticos hubieran sido conocidos por la Septuaginta, no deberíamos haber tenido esta variación. Pero los eruditos generalmente están de acuerdo en que son de invención humana e incluso muy moderna.

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