Hace de sus ángeles [5] espíritus, y de sus ministros, llama de fuego. San Agustín, sobre el Salmo ciii., Y San Gregorio, hom. xxxiv. en Evang., tendría el sentido y la construcción de las palabras ser, quien hace que los espíritus benditos sean también sus Ángeles, o mensajeros para anunciar y ejecutar su voluntad: (mensajeros y ángeles significan lo mismo en griego) Calvino y Beza por los espíritus, comprenda aquí los vientos, como si fuera el único sentido, que hace de los vientos y llamas de fuego, es decir, truenos y relámpagos, mensajeros e instrumentos de su divina voluntad, para con los hombres, a quienes castiga.

Pero esta exposición no concuerda con el resto del texto, ni con el designio de San Pablo, que es mostrar a Cristo sobre todos los ángeles y sobre todas las criaturas. San Pablo, por tanto, debe entenderse de los ángeles o de los espíritus angelicales; pero entonces puede ser el sentido, que hace a sus ángeles como los vientos, o como una llama de fuego, en cuanto ejecutan su voluntad divina con increíble rapidez, como los vientos. , y con una fuerza y ​​actividad no muy diferente a la del fuego. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Griego: O poion tous Aggelous autou pneumata, no griego: ta pneumata, el artículo griego que se presenta ante los ángeles, y no ante los espíritus, puede parecer que favorece esa exposición, que compara a los ángeles con los vientos y con una llama de fuego.

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