A través de muchas tribulaciones. Nuestras ofensas diarias requerían el castigo paterno del Todopoderoso. También la concupiscencia de la carne, que quiere contra el espíritu, debe ser sometida por el castigo. ¡Ay de ustedes, amadores de este mundo, que desean pasar sus vidas sin tribulaciones, enemigos de la cruz! Criaturas insensatas, ¿está el discípulo por encima de su maestro? ¿No llegó a ser Cristo primero el sufrir, y así entrar en su gloria? y pretendemos entrar por cualquier otro medio? &C. (Denis el Cartujo)

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