Dos años enteros en su propio alojamiento alquilado. Es decir, en los alojamientos que se le permitió a San Pablo alquilar para sí mismo y vivir allí, con un soldado encadenado a él como guardia. ¡Feliz soldado, si supiera aprovechar una oportunidad tan favorable! Podemos darnos cuenta por toda esta narración de San Lucas, (como cuando dice aquí, ver. 16, cuando llegamos a Roma, etc.) que estaba todo el camino en el barco con San Pablo. (Witham)

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