Miedos. Los cazadores solían colocar plumas sueltas alrededor de la madera, excepto donde se colocaba la ginebra, para asustar a la presa. Puniceæque agitant formidine pennæ. (Georg. Iii.)

(Jeremías xlviii. 44.) "Como tímidos ciervos, mientras esquivas las plumas en movimiento, estás atrapado en las redes más fuertes". (San Jerónimo, contra Lucif.) --- Todo tiende a llenar de alarma a la pobre bestia. Así que el diablo, la conciencia y los enemigos de todos lados, mejor a los malvados. (Calmet)

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