Dar a su Hijo unigénito --- Dios no envió a su Hijo al mundo. Él era entonces su Hijo, su Hijo unigénito, antes de enviarlo al mundo. No fue, por tanto, su Hijo, sólo por la encarnación, sino que fue su Hijo desde el principio, como también lo fue su palabra desde la eternidad. Esta fue la doctrina constante de la Iglesia y de los Padres, contra la herejía de los arrianos, que Dios siempre fue Padre, [1] y el Hijo siempre el Hijo eterno del Padre eterno.

Ver nota sobre el cap. I. ver. 14. (Witham) --- El mundo puede salvarse. ¿Por qué, dice San Agustín, se llama a Cristo el Salvador del mundo, si no es por la obligación que asumió al nacer? Ha venido como un buen médico, eficazmente para salvar a la humanidad. El hombre, por tanto, se destruye a sí mismo, que se niega a seguir las prescripciones de su médico. (San Agustín)

[BIBLIOGRAFÍA]

Griego: Aei Theos, aei uios; ama pater, ama uios. Arrio comenzó su herejía negando esto, como aparece en su carta a Eusebio, de Nicomedia, en San Epifanio, hær. 69, pág. 731.

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