Porque como el Padre ... da vida, así también el Hijo da vida a quien quiere; donde estas palabras, para dar vida a quien él quiere, muestran el poder del Hijo y del Padre para ser iguales. (Witham) --- Nuestro Salvador menciona aquí las obras más importantes de las que habló en el versículo anterior; porque mucho más maravilloso es que los muertos resuciten, que que los enfermos recobren su salud. No debemos entender estas palabras, como si significaran que algunos fueron resucitados por el Padre y otros por el Hijo; sino que el Padre resucita a los que el Hijo resucita.

Y para que nadie entienda esto, que el Padre usa al Hijo como su ministro, por cuyos medios él resucita a los muertos, agrega inmediatamente, etc. (San Agustín, Tract. XXI. En Joan.) --- Vemos a los amantes de esta vida temporal y perecedera, trabajar al máximo de su poder, no diré para evitar la muerte, sino simplemente para prolongar su frágil existencia . Si, por tanto, los hombres trabajan con tanta solicitud, si ponen todos sus nervios en prolongar su vida por unos pocos años; ¡Cuán insensatos y ciegos deben ser para sus intereses los que viven de tal manera que se ven privados de la luz del día eterno! (San Agustín, De verb. Dei. Serm. 64.)

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