Ni el Padre juzga a nadie. Es cierto que Dios es el Juez de todos, por diversos lugares de las Sagradas Escrituras; y juzgar, es tanto del Padre como del Hijo, ya que son el mismo Dios: de modo que cuando se añade que el Padre ha dado todo el juicio al Hijo, [6] esto se refiere al ejercicio exterior de su juicio sobre toda la humanidad en el fin del mundo, en la medida en que Cristo volverá entonces, en su cuerpo humano, para juzgar a todos los hombres, incluso como hombre, en sus cuerpos. (Witham)

[BIBLIOGRAFÍA]

Omne judicium dedit filio. San Agustín lo expone (trac. Xxi.) Sed judicium manifestum. Pater occultus erit judex, filius manifestus, quia mani feste ad judicium veniet.

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