Cristo modela a los elegidos en este lugar, su pequeño rebaño, a causa del mayor número de réprobos; o más bien por su amor a la humildad, porque aunque la Iglesia es más numerosa, él quiere que continúe en la humildad hasta el fin del mundo, y con la humildad para llegar a la recompensa que ha prometido a los humildes. Por lo tanto, para consolarnos en nuestras labores, nos manda buscar solo el reino de los cielos y nos promete que el Padre nos lo otorgará como recompensa. (Ven. Bede)

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