Satanás os ha querido para zarandearos como a trigo. En estas palabras se expresa tanto lo que Satanás deseaba como lo que Dios permitió. Satanás deseaba permiso para tentarlos, a fin de hacerlos caer de su fe en Cristo. Dios Todopoderoso permitió esta tentación, esta prueba, para convencerlos de lo débiles que eran de sí mismos: permitió que su fragilidad fuera parcialmente superada, pero para que, al resucitar por su gracia, fueran limpiados y purificados como el trigo cuando se tamiza: y que poco después, fortalecidos y confirmados por la venida del Espíritu Santo, pudieran llegar a ser hombres nuevos, capacitados para mantenerse firmes contra todos los ataques de sus mayores adversarios. (Witham)

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