Te digo: Hoy estarás conmigo en el paraíso; es decir, en un lugar de descanso con las almas de los justos. La construcción no es, te digo en este día, etc., sino que estarás conmigo este día en el paraíso. (Witham) --- En el paraíso. Es decir, en el feliz estado de reposo, gozo y paz eterna. A Cristo le agradó un privilegio especial, recompensar la fe y la confesión del ladrón arrepentido con una descarga completa de todos sus pecados, tanto en cuanto a la culpa y el castigo, como a introducirlo, inmediatamente después de la muerte, en la feliz sociedad del santos, cuyo limbo (es decir, el lugar de su encierro) ahora se convirtió en un paraíso por el viaje de nuestro Señor allí.

(Challoner) --- El alma del buen ladrón estuvo ese mismo día con Jesucristo, en la felicidad de los santos, en el seno de Abraham, o en el cielo, donde Jesús estuvo siempre presente por su divinidad. (San Agustín) --- San Cirilo, de Jerusalén, dice que entró al cielo antes que todos los patriarcas y profetas. San Juan Crisóstomo piensa que el paraíso se le abrió de inmediato y que entró en el cielo la primera humanidad. (Tom. V. Homil. 32.)

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