Cristo no permitiría que los demonios se presentaran como testigos de su divinidad; el autor de la verdad no podía soportar que el padre de la mentira diera testimonio de él. Por eso Jesús lo amenazó, para enseñarnos a no creer nunca ni a confiar en los demonios, presencie lo que presagien. (San Juan Crisóstomo)

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