El primer siervo que envió el Todopoderoso fue Moisés; pero lo despidieron con las manos vacías; porque, dice el salmista, lo provocaron a ira en el campamento. (Salmo cv.) El segundo siervo enviado fue David, a quien criticaron, diciendo: ¿Qué tenemos que ver con David? (3 Reyes xii. 16.) El tercero fue la escuela de los profetas; ¿Y a cuál de los profetas no mataron? (Mateo xxiii.) (Ven. Beda)

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