Que se ruboricen los que pretenden afirmar que todos los hombres vienen a este mundo libres del pecado original y perfectamente inocentes como Adán cuando fueron creados. Porque, ¿por qué este niño sería atormentado por un diablo cruel, si no hubiera estado bajo la culpa del pecado original, ya que está claro, más allá de toda discusión, que no podría ser culpable de ninguna transgresión real? (Ven. Bede)

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