Los fariseos y los saduceos. Estos eran muy opuestos en sus sentimientos religiosos entre sí, pero estrechamente unidos en su designio de perseguir a Jesucristo, y vienen y le piden una señal o prodigio del cielo, para convencerlos de que él era el Cristo, el Mesías. (Bible de Vence) --- Los saduceos niegan la inmortalidad del alma y afirman que nuestra única obligación es la observancia de la ley; tanto, que se enorgullecían de su derecho a disputar los puntos más importantes con sus maestros.

Esta secta no es numerosa, y está compuesta principalmente por hombres de condición, quienes, cuando están debidamente calificados para los cargos del Estado, se ven obligados a ajustarse, al menos en apariencia, a los principios de los fariseos; de lo contrario, incurrirían en el resentimiento de los fariseos. (Josefo, libro xviii. Cap. Ii.) Véase también la nota en el ver. 7, cap. iii, arriba. --- San Juan Crisóstomo opina que les habría concedido cualquier señal que quisieran, si hubieran estado dispuestos a creer; pero como su objeto era la curiosidad y la censura, se negó a obedecer. Al parecer, desconfiaban de sus otros milagros como el efecto de alguna cualidad oculta inherente a él, y deseaban ver un milagro realizado en objetos distantes en el cielo o en las nubes, lo que les sería menos sospechoso y objetable. (Haydock)

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