De la sangre de Abel, etc. No es que los judíos, a quienes Cristo habló, deban ser castigados por crímenes que ellos mismos no cometieron ni castigados más severamente de lo que ellos mismos merecían; pero habla del pueblo judío que, al dar muerte a su Mesías, pronto completará el número de sus pecados; para que Dios destruyera a toda su nación, como si la sangre de Abel y de los profetas injustamente asesinados viniera sobre ellos de inmediato.

Ver Maldonatus. --- De Zacarías, hijo de Baraquías. [2] Algunos piensan que era Zacarías, contado entre los profetas menores, cuyo padre se llamaba Baraquías; pero no leemos que haya sido asesinado de esta manera. La opinión más común es que aquí se refiere a Zacarías, quien, predicando a la gente, (2 Paralipomenon xxiv. 20) fue apedreado hasta la muerte en el mismo lugar donde Cristo estaba hablando ahora.

Pero allí se le llama hijo de Joiada, y no de Baraquías. Alguna conjetura que su padre podría haber tenido ambos nombres; y San Jerónimo nos dice, que en una copia antigua de San Mateo, llamado el Evangelio de los Nazarenos, encontró a este Zacarías, de quien habla nuestro Salvador, llamado hijo de Joiada. (Witham) --- San Jerónimo da otra razón por la que podría haber sido llamado hijo de Barachias, y no hijo de Joiada, y esto es para elogiar la santidad del padre; porque Baraquías se interpreta como el bendito del Señor.

Otros suponen que fue el undécimo de los doce profetas; pero no se menciona que fue asesinado entre el templo y el altar. Algunos suponen que fue el padre del Bautista, recogiendo de los escritos apócrifos que fue asesinado por predicar la llegada del Redentor: pero que era el hijo de Joiada, también llamado Barachias, es la opinión común. (San Jerónimo) --- Para que venga sobre ti, etc.

No es que debieran sufrir más de lo que sus propios pecados merecían generosamente; pero que la justicia de Dios cayera ahora sobre ellos con tal venganza final de una vez por todas, que podría comprender todos los diferentes tipos de juicios y castigos, que en cualquier momento antes habían sido infligidos por el derramamiento de sangre justa. (Challoner)

[BIBLIOGRAFÍA]

En Evangelio quo utuntur Nazareni, pro filio Barachiæ, filium Joiadæ reperimus Seriptum.

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