Porque si los que son de la ley son herederos, la fe es invalidada, la promesa es invalidada. Es decir, si los judíos, que están bajo la ley, son los únicos herederos de las bendiciones prometidas, se seguirá que la fe que tenía Abraham antes de la circuncisión y antes de la ley no tenía valor, lo que he mostrado a ser falso. Y, en segundo lugar, se seguirá que la promesa que se le hizo de que en él todas las naciones serían bendecidas, también es nula. (Witham)

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