Si Abraham fuera justificado por las obras o por las suyas propias, podría tener gloria y ser alabado por los hombres, que juzgan sólo según las apariencias externas; pero no con Dios: es decir, no podría ser verdaderamente justificado, para merecer una recompensa en el cielo, sin la fe y la gracia de Dios. (Witham) --- No con Dios. Cualquier gloria o aplauso que tales obras pudieran obtener de los hombres, no tendrían valor a los ojos de Dios. (Challoner)

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