Decepcionar. En hebreo, "enfréntate a él", como enemigo, Levítico xxvi. 23. --- Tu espada. Los impíos son empleados por Dios para castigar a los justos, y luego serán arrojados al fuego, Isaías x. 5., y Jeremías l. 23. (Calmet) --- Poco piensan que están subordinados a los designios de la Providencia, ya que atribuyen su éxito a su propio poder. Ya sea que roguemos que Dios quite su espada de los malvados, o que podamos ser liberados de su malicia, es muy parecido.

(Berthier) --- El hebreo puede expresar el último sentimiento, "Libra mi alma de los impíos, tu espada, (14) los hombres de tu mano, mundos, cuya porción es temporal, en esta vida", etc. (Haydock) --- Se pueden dar muchas otras versiones: (Calmet) porque todas tienden a mostrar los placeres fugaces de los enemigos de Dios, quienes son recompensados ​​así por sus virtudes pasajeras, y reservados para tormentos eternos. (Haydock) --- El hombre no es suficiente para resistir ese poder, que ejerce con el permiso de Dios. Por eso David ruega que se lo quiten. (Worthington)

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