SALMO XXIX. (EXALTABO TE DOMINE.)

David alaba a Dios por su liberación y su trato misericordioso con él.

Lucro. El impío en su lecho de muerte, no puede orar así, ya que la justicia de Dios está interesada en castigar sus crímenes e impedir que continúen. Después de la muerte no hay mérito; de modo que deberíamos hacer un buen uso de nuestro tiempo. (Berthier) --- Corrupción. Los Padres explican esto de Jesucristo. ¿De qué me traerá mi muerte si no resucito? (Orígenes; San Jerónimo) --- Verdad. Ver el Salmo lxxxvii. 11., y Baruch ii. 17. (Calmet) --- Los muertos no pueden hacer oír su voz en este mundo, aunque pueden alabar a Dios en el otro. (Menochius)

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