Mano. Esto alude al último asedio de Jerusalén, en el que las diferentes facciones de los judíos se destruyeron entre sí, y los que quedaron cayeron en manos de su rey, (es decir, del emperador romano) de quien habían dicho, (Juan xiv.15) No tenemos más rey que César. (Challoner) --- Los sitiados se mataban a diario, para que Vespasiano no se diera prisa. (Josefo, Guerras judías v.2 y vi.1.

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