Y cuando él, el egipcio, lo trajo a él, David con sus hombres, he aquí, ellos, los amalecitas, estaban esparcidos por toda la tierra, habiéndose abandonado por completo al disfrute de su exitosa incursión, sin soñar con la cercanía. de cualquier enemigo, comiendo, bebiendo y bailando, a causa de todo el gran botín que habían sacado de la tierra de los filisteos y de la tierra de Judá, celebrando el evento con regocijo.

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