Entonces Salomón comenzó a edificar la casa del Señor en Jerusalén en el monte Moriah, una cumbre de la cadena de colinas que pasaba bajo el nombre general de Sion, donde el Señor se apareció a David, su padre, más bien, que le fue mostrado a su padre. David, es decir, como el futuro sitio del Templo, en el lugar que David había preparado en la era de Ornán el jebuseo, después del desafortunado censo que David había arreglado.

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