Y Ezequías habló cómodamente a todos los levitas que enseñaron el buen conocimiento del Señor, literalmente, "habló al corazón", les dirigió palabras cordiales, amorosas y de aliento. Y comieron durante los siete días de la fiesta, ofreciendo ofrendas de paz, en relación con las cuales se celebraban las fiestas de los sacrificios, y haciendo confesión al Señor Dios de sus padres, confesándolo con alabanza y acción de gracias.

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