Y Ezequías designó los cursos de los sacerdotes y de los levitas según sus cursos, según lo dispuesto por David, a cada uno se le asignó su lugar y deber, cada uno según su servicio, los sacerdotes y los levitas para los holocaustos y las ofrendas de paz, los dos principales sacrificios del culto judío, ministrar, dar gracias y alabar en las puertas de las tiendas del Señor, en el santuario propiamente dicho y en el atrio de los sacerdotes, porque se celebraba el servicio litúrgico enteramente en la última parte del área del Templo.

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