porque Salomón había hecho un cadalso de bronce, una plataforma semejante a un púlpito, de cinco codos de largo, cinco codos de ancho y tres codos de alto (aproximadamente nueve por nueve por cinco pies), y lo había puesto en medio del atrio; y sobre ella se puso de pie, visible a toda la multitud, y se arrodilló ante toda la congregación de Israel, y extendió sus manos hacia el cielo,

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