Y durmió Ezequías con sus padres; y reinó en su lugar Manasés, su hijo . Ezequías murió en la fe y se le dio el testimonio de que era un rey conforme al corazón de Dios. Bienaventurado el que, habiéndose apartado del camino de la estricta probidad, se deja reprochar por el Señor y vuelve a los caminos que agradan al Maestro.

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