pero encenderé un fuego en el muro de Rabá, la capital de su país, y devorará sus palacios, con gritos en el día de la batalla, tan pronto como los enemigos entren en la ciudad, con una tempestad en el día. del torbellino, porque, los enemigos vendrían en un asalto tumultuoso y llevarían todo delante de ellos;

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