Porque tú eres un pueblo santo para el Señor, tu Dios, consagrado a él, apartado para su servicio; el Señor, tu Dios, te ha elegido para que seas un pueblo especial para Él, un pueblo peculiar, un pueblo de su propiedad, por encima de todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra. Eran posesión de Dios, que Él apartó para sí mismo.

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