¿Y quién sabe si será sabio o necio? ya que mucho depende de la actitud de los hombres. El mismo Salomón, habiendo hecho caso omiso de la acusación moribunda de su padre, estaba lleno de dudas acerca de la manera en que se comportaría Roboam, su hijo de una idólatra amonita, Naama, un presentimiento que estaba completamente justificado. Sin embargo, él se enseñoreará de todo mi trabajo en el que trabajé y en el que me mostré sabio debajo del sol.

Esto también es vanidad. Aquí hay una sugerencia seria para que todos los padres cristianos descarten todo egoísmo y sentimentalismo y eduquen a sus hijos en el temor y la amonestación del Señor.

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