Ahora bien, sucedió que cuando le hablaban a diario y él no los escuchaba, le dijeron a Amán que viera si los asuntos de Mardoqueo se mantendrían, si lograría defender el principio que alegaba en la explicación de su acción; pues les había dicho que era judío, por lo que no podía rendir divino homenaje a Amán, sobre todo porque este último era amalecita, una raza maldita y condenada por Dios, Éxodo 17:15 ; 1 Samuel 15.

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