Y cuando ya no pudo esconderlo más, tomó para él un arca de juncos, la untó con lodo y brea, y puso al niño en ella; y lo puso en las banderas al borde del río. Cuando se hizo cada vez más difícil ocultar al niño de los ojos y oídos de los egipcios indiscretos, la madre le construyó un pequeño cofre, o arca, con las cañas de papiro que crecían en las orillas del Nilo, haciéndolo hermético por medio de asfalto y brea, y lo colocó en los juncos al borde del río.

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