Y todo el pueblo vio que la columna de nube estaba a la puerta del tabernáculo, en el lugar que después estuvo ocupado por el altar del holocausto. Y todo el pueblo se levantó y adoró, cada uno a la puerta de su tienda. Esa fue la tercera prueba de su sinceridad y de su deseo de volver a entablar relaciones anteriores con Jehová.

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