En aquel día se abrirá tu boca para el que ha escapado, es decir, al mismo tiempo que la del fugitivo escapado, para que ya no se vea obligado a reprimir su dolor, y hablarás y no estarás más. tonta; y serás para ellos una señal, una vez más típicamente representativa en su propia persona de las cosas que les ocurrirán; y sabrán que yo soy el Señor.

En todas las épocas del mundo, los creyentes han sido una señal para los enemigos del Señor de una manera u otra, siempre como un testimonio vivo ante sus ojos, si es posible que se les induzca a ver el error de sus caminos y a volverse hacia ellos. el Señor en verdadero arrepentimiento.

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