Y extraños, invasores extranjeros, los terribles de las naciones, los soldados caldeos, conocidos por su fiereza, lo han cortado y lo han dejado, quedando aquí la imagen de un árbol talado; sobre los montes y en todos los valles sus ramas cayeron, todas las naciones tributarias y provincias fueron cortadas, y sus ramas, todas las colonias y ciudades dependientes, fueron quebradas por todos los ríos de la tierra, como cuando un árbol poderoso, al caer por la ladera de la montaña, se hace añicos en pequeños pedazos; y todo el pueblo de la tierra, antes dependiente de Asiria, ha descendido de su sombra y lo ha dejado.

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