Quemarás con fuego una tercera parte, a saber, del cabello así separado por su cuidadosa división, en medio de la ciudad, cuando se cumplan los días del asedio, cuando la ciudad sea tomada por los caldeos; y tomarás una tercera parte y la herirás con un cuchillo, la herirás y la cortarás con una espada; y la tercera parte la esparcirás al viento, sin dejar dos cabellos juntos, y yo desenvainaré una espada tras ellos.

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