Entonces Abram se fue, como el Señor le había dicho; y Lot fue con él. Y Abram tenía setenta y cinco años cuando salió de Harán. Abram puso su fe en la promesa del Señor y fue obediente a Su mandato, abandonando su patria, sus conocidos e incluso sus parientes más cercanos, para viajar con su esposa y su sobrino al nuevo país del que el Señor le había hablado.

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