Date prisa, escapa allá; porque no puedo hacer nada hasta que tú llegues allí. Por eso se llamó el nombre de la ciudad Zoar. Así, el Señor tuvo compasión de la debilidad de Lot y magnificó Su gracia sobre él, hasta el punto de retrasar todo el juicio de destrucción hasta que Lot llegó al puerto de Zoar (pequeño). Así, los creyentes suelen estar llenos de duda y timidez cuando se les coloca ante la necesidad de renunciar a todo lo que este mundo ofrece. Pero Dios soporta pacientemente su debilidad y los ayuda a pesar de sí mismos.

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