La indiferencia del pueblo reprendido.

Cuando los exiliados, bajo el liderazgo de Zorobabel y Josué, regresaron a Jerusalén, habían comenzado la obra de reconstrucción del templo con gran entusiasmo. Pero cuando los samaritanos y otros pusieron varios obstáculos en su camino, interrumpieron sus esfuerzos, sin hacer ningún esfuerzo decidido para eliminar las dificultades. Unos años después, cuando se encontró una cierta prosperidad en Judea, se volvieron indiferentes al proyecto, por lo que la situación continuó durante unos dieciséis años. Fue entonces cuando el Señor seleccionó a Hageo como Su mensajero para reprender al pueblo.

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