Señor, cuando Tu mano se levanta para castigar a los enemigos de Su pueblo, ellos no verán, deliberadamente cierran los ojos contra la manifestación de Su majestad; pero verán y se avergonzarán de su envidia del pueblo, llenos de vergüenza al ver el celo de Jehová por su pueblo; sí, el fuego de tus enemigos los devorará, más bien, "el fuego devorará a tus adversarios". Ese es el juicio de Dios sobre los impíos, por el cual quedarían sorprendidos y confundidos.

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