y la hermosura gloriosa que está en la cabecera del valle gordo, será una flor marchita, y como fruto apresurado antes del verano, es decir, le sucederá a la flor marchita de la hermosura de Efraín, que está en la cabecera de el valle fértil, como lo hace con el higo temprano, el cual, cuando el que lo mira, ve, estando aún en su mano, tan pronto como lo ha agarrado, se lo come.

La ruina de Samaria tuvo lugar en poco más de cuatro o cinco años, y aún no había indicios de su destrucción cuando el profeta escribió estas palabras. Pero la referencia al derrocamiento de la falsa gloria de Samaria lleva a la mención de lo divino, la belleza mesiánica.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad