Apártate del camino, es decir, lo prescrito por el mandato de Dios, apártate del camino, abandonando al Señor por completo, haz que el Santo de Israel cese de delante de nosotros, porque no querían oír más de Su santidad, siendo ese atributo el que más temen los pecadores. Así que el pueblo no solo rechazó al Señor, sino que exigió que Sus verdaderos siervos se unieran a ellos en su apostasía.

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