He pisado el lagar solo, como acertadamente concluyó el interlocutor, y del pueblo no había nadie conmigo, del mundo entero de los hombres no había nadie que le hiciera compañía, que estuviera a su lado en la gran batalla; porque los hollaré en mi ira, y los hollaré con mi furor; más bien, los hollaré en mi ira y los hollaré en mi furor; y su sangre será rociada sobre mis vestidos, y mancharé toda mi ropa, toda su ropa fue salpicada con la sangre de los enemigos, manchada por todas partes.

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