por mano de Elasa, hijo de Safán, y de Gemarías, hijo de Hilcías, a quienes Sedequías, rey de Judá, envió a Babilonia, a Nabucodonosor, rey de Babilonia, sin que se sepa nada más del mensaje transmitido por esta embajada, excepto que Sedequías gobernó solo por el placer del rey de Babilonia y estaba obligado a usar la más alta diplomacia para mantener su posición), diciendo, que ahora se da la redacción real de la carta de Jeremías,

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