Otra vez te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel, establecida para sana prosperidad; volverás a ser adornado con tus panderos, marchando en procesiones con panderetas o panderos, y saldrás en las danzas de los que hacen júbilo, de acuerdo con la costumbre que se observa en ocasiones de regocijo público, pero con santa alegría, no en alegría carnal.

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