Y haré un pacto eterno con ellos, para que vuelvan a entrar en la relación con Aquel que Él deseaba, que no me apartaré de ellos para hacerles el bien, es decir, no dejar de hacerles el bien; pero pondré Mi temor en sus corazones de que no se aparten de Mí. El Señor aquí se representa a Sí mismo como un Educador ávido y diligente, un Pedagogo fiel, que sigue a Sus alumnos a todas partes para impartirles la instrucción que necesitan para una forma de vida adecuada.

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