Y me has llenado de arrugas, lo cual es un testimonio en mi contra, el hecho de que Dios lo hubiera agarrado y lo hubiera puesto en una condición arrugada y arrugada parecía un testimonio de su culpabilidad; y mi delgadez que se eleva en mí da testimonio de mi rostro, su estado de emaciación apareció contra él, acusándolo en su cara, interpretándose esto también como una prueba de su culpabilidad.

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