Pero debéis decir: ¿Por qué le perseguimos, si todavía insisten en perseguirle, viendo que la raíz del asunto está en mí? Si todavía persistían en acusarlo de culpa, en albergar en su propio corazón la raíz de las calamidades que le habían sobrevenido, deberían tener cuidado.

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