Bildad reprende a Job de nuevo.

Puesto que Job había afirmado su inocencia en términos tan enfáticos, Bildad creía que le correspondía reprenderlo, principalmente en dos proposiciones, a saber, que el hombre no puede discutir con Dios y que ningún hombre es puro ante Dios. De ese modo cambió el tema; porque el punto original de los amigos había sido que la aflicción de Job probó que era culpable de alguna transgresión especial a los ojos de Dios.

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