La tierra es entregada en manos de los impíos, esto Dios fácilmente lo permite; Él cubre el rostro de sus jueces, cubriendo sus ojos y permitiéndoles tomar decisiones perversas, practicar la injusticia; si no, ¿dónde y quién es? ¡Quién sino Dios podría ser el que hace esto!

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